Vivimos en un momento en el que pasamos mucho tiempo en casa. Pero el tiempo, escasea. Para no perder más tiempo aún, es importante que sepas las 3 rutinas de ejercicio físico son las más eficaces para poder hacer en casa.
¿Quieres saber de qué rutinas te hablo? Sigue leyendo…
El ejercicio puede ser tu mayor arma para lucir ese cuerpo que siempre estás buscando o puede ser tu mayor pesadilla si no tienes las herramientas necesarias para saber qué rutina es la más efectiva.
En mi newsletter te cuento por qué me costó tanto darme cuenta de lo bueno que era hacer ejercicio físico y qué trucos usé para doblegar mi voluntad.
No es que sólo me sirviese para lucir el cuerpo que yo quería, que en un principio ésa era mi mayor y única motivación, sino que también hizo que me sintiese más ligera, ágil y saludable.
Ya no podía quejarme sobre llevar bolsas en la compra porque pesasen mucho o porque me cansase al hacer una caminata en la montaña.
Desde que comencé estas rutinas de ejercicio, lo único que mi cuerpo pedía era seguir afrontando retos y cada vez aguantando más y sufriendo menos.
Lo primero que me planteé fue apuntarme a un gimnasio. Y así hice. Cuotas mensuales, multitud de aparatos de los que la mitad siempre fueron desconocidos, clases grupales en las que me sentía un pato mareado y un monitor con una cartulina de papel con rutinas “tipo” para cada una de las clientas que por allí pasaba.
Resultados a lo largo de los meses, 0. Bueno, sí, dinero gastado de las cuotas, que no invertido, además de la gasolina en los desplazamientos.
Al menos usaba el spa del centro. Qué placer.
Pero como rutina de ejercicio, no me servía. Ni aumentaban mis ganas por volver ni yo veía cambios físicos mes tras mes.
Bueno, sí, y es que correr en la cinta y en la bici me daban más hambre aún. Así que yo creo que más que perder y moldear, lo que hacía era comer más y ganar más peso.
Ése es uno de los grandes problemas del cardio. Que da más hambre. Y como encima por entonces no sabía comer bien, pues venga a comer de lo que pillase en los armarios de la cocina y en la nevera.
Me cambié a un gimnasio femenino, de esos que en 30 minutos deberías salir con el ejercicio hecho y lista hasta el día siguiente.
Me sirvió para coger la rutina. Pero cambios, poco. Sí, seguía comiendo más porque el hecho de haber estado 30 minutos sentada en unas máquinas hidráulicas, me hacía pensar que me merecía ese helado que me llamaba desde el quiosco.
Y así seguí, dando tumbos de un lado para otro.
Hasta que comencé a interesarme por el trabajo de ejercicio con mi propio cuerpo. Sí, tan fácil como las típicas flexiones que hacíamos de pequeñas en el cole.
No me quiero enrollar más, que sé que quieres encontrar ejemplos prácticos y útiles.
Te voy a contar las 3 rutinas básicas con las que puedes empezar desde ahora mismo.
Te prometo que si las haces al menos 4 veces por semana, irás viendo resultados poco a poco.
Eso sí, cuéntame si comienzas a tener más hambre y qué estás comiendo, que todo influye. Allá voy.
Fondos con rodillas apoyadas


Tonificarás los pectorales y los músculos de los brazos.
Serie de 10 repeticiones. Descanso de 1 minuto. Repetir 3 veces.
Planchas
Las planchas son un ejercicio muy completo para fortalecer toda la estructura corporal y mejorar abdominales y glúteos.
Puedes hacerlas de diferentes progresiones. Comienza con la más sencilla. Posición estirada del cuerpo con antebrazos apoyados.

Aguanta 20 segundos para empezar metiendo bien el abdomen y ve aumentando el tiempo hasta que consigas llegar al minuto.
3 planchas por sesión con descanso de 1 minuto entre planchas.
Sentadilla sin peso
Es uno de los ejercicios más completos a nivel cardiovascular y de trabajo de piernas.


Series de 15 repeticiones. Descanso 1 minuto. Repetir 3 veces.
Una nota importante
Las primeras veces, será normal que al día siguiente te acuerdes de mí un poquito, sobre todo al día siguiente, porque si no estás acostumbrada a hacer ejercicio, es posible que tengas agujetas.
Poco a poco, se te irán pasando y, recuerda que la constancia es la manera más eficaz de ir acostumbrando a tu cuerpo a estas sesiones para que no tengas agujetas cada vez que las hagas.
Si al principio no puedes cumplir con toda la rutina, no te preocupes, poco a poco.
Y por hoy, esto es lo que quería contarte.
Por supuesto, si cada día caminas un mínimo de 1 hora y, a ser posible a paso rápido, mejor que mejor.
¡Ánimo con la rutina y espero tus comentarios!
PD: Si aún no te has apuntado a la newsletter, no esperes más tiempo. Ahí te cuento los trucos que usé para doblegar mi voluntad cuando no quería hacer ejercicio físico así como más trucos y secretos que de otra manera, te estás perdiendo.
Que disfrutes cuidándote.
Sandra.